En tiempos en los que reina el estrés, los ataques de pánico, las depresiones y cientos de "males modernos" se ha comprobado que las alteraciones del sistema nervioso pueden desencadenar (o intensificar) muchas patologías como la psoriasis, la diabetes, el hipotiroidismo, las úlceras y hasta los trastornos de crecimiento.
Los seres humanos cada vez son más propensos a desarrollar enfermedades que tienen su origen en el sistema neuropsíquico. "Actualmente, el Prozac es el medicamento que más se vende en el mundo", expresó Jaime Moguilevsky, decano de posgrado de la Universidad Favaloro e investigador del Conicet., durante una entrevista con LA GACETA.
"Argentina es el país en el que más antidepresivos se consumen", indicó. El especialista mencionó que alrededor del 50% de la población toma algún tipo de psicofármaco, pero no sólo eso, sino que cada vez lo hacen desde más jóvenes y algunos hasta lo mezclan con alcohol.
La depresión y el estrés pueden generar una disminución del sistema inmune, entre otras patologías. "Pacientes que han tenido cáncer y que atraviesan situaciones que los deprimen, pueden generarlo nuevamente o, si lo tienen, hacer una metástasis", aclaró el profesional.
Esto se explica porque la mente regula el funcionamiento de los distintos sistemas del organismo, como el inmunitario, el endocrino y el digestivo. Pero, también, el comportamiento, las conductas y las emociones.
Violencia y crecimiento
Además de los daños psicológicos que genera la violencia, también se pueden presentar complicaciones en el desarrollo físico. "Está comprobado que los niños que viven en un hogar violento desarrollan problemas de crecimiento", indicó. El estrés del maltrato inhibe la generación de la hormona del crecimiento que desarrolla el metabolismo del cerebro. Es por eso que hay niños que sufren retardo en su crecimiento por falta de la hormona. "Cuando salen de ese medio hostil los análisis se normalizan", agregó.
Otra realidad es que cada vez hay más chicos en edad escolar que son medicados con antidepresivos. "Hoy los niños y adolescentes están expuestos a situaciones de estrés que antes no se vivían. El ambiente familiar es muy importante; por eso, si alguno de los padres tiene un trastorno psíquico, el niño va a presentar problemas de conducta", comentó.
Todo esto generó la necesidad de que la Medicina trate la enfermedad de manera multidisciplinaria y lograr que los profesionales interpreten los síntomas y tratar a un paciente de forma integral. De esto se encarga una nueva especialidad: la psiconeuroinmunoendocrinología, que combina psicología, la psiquiatría, la neurología, la endocrinología y la inmunología. Es una especialidad con un nombre tan complicado como la mente humana.
El objetivo de la disciplina es que el profesional de la salud entienda que, a veces, las enfermedades exceden su especialidad. "Los diversos trastornos psíquicos pueden manifestarse en el sistema inmunológico (lupus o leucemia), en el sistema endócrino (hipertiroidismo) en el aparato circulatorio (hipertensión), en la piel (psoriasis) y hasta en el aparato digestivo (úlceras o tumores)", aclaró.
Este avance se dio gracias a los nuevos descubrimientos en especialidades médicas como la Neurociencia, la Biología Molecular, la Inmunología y la Neuroendocrinología. "Cada cinco años la medicina se modifica", explicó el profesional, quien aseguró que en un par de años todos los médicos, psicólogos y otros profesionales de la salud deberán trabajar en forma interdisciplinaria. "El problema son las obras sociales, que todavía aprueban una hora para el gastroenterólogo".
Destacó la figura del médico de familia o generalista, quien es el que debe recibir al paciente y derivarlo al profesional indicado.